martes, 11 de octubre de 2016

Tácticas, Técnicas y Procedimientos de Combate Urbano nº6

PUESTOS DE TIRO (PARTE 2)

Adquisición de Blancos

Las zonas urbanas presentan desafíos únicos en la adquisición de blancos para las unidades. Los edificios enmascaran el movimiento y los efectos del fuego directo e indirecto. Los escombros de los edificios destruidos, junto con los edificios en sí, ofrecen cobertura y ocultación para los atacantes y defensores, lo que hace difícil la adquisición de blanco. Las zonas urbanas a menudo favorecen la capacidad de la defensa para adquirir blancos por lo que esto hace que la adquisición de blanco del atacante sea muy importante, ya que el que dispara primero, lleva la iniciativa en la batalla, y esto le da ventaja en la obtención de la victoria. La adquisición de blanco debe ser continua, tanto si una unidad o un soldado está quieto o en movimiento. Los seis pasos de adquisición de blanco (búsqueda, detección, ubicación, identificación, clasificación, y confirmación) no son diferentes en un entorno urbano que a cualquier otro entorno, pero por lo general se llevan a cabo a un ritmo mucho más rápido.


Búsqueda

El uso de todos los sentidos durante la etapa de búsqueda mejora las capacidades de detección de todos los soldados en el campo de batalla urbano. Las técnicas de patrullaje y el uso de los puestos de observación se aplican en las zonas urbanas, así como en terreno boscoso o más abierto. Estas técnicas permiten a las unidades buscar y localizar al enemigo. Los soldados que buscan objetivos a batir en el campo de batalla urbano, deben emplear dispositivos de adquisición de blancos. Estos dispositivos pueden incluir prismáticos, un intensificador de imágen, miras térmicas, radar de vigilancia terrestre (GSR), sensores remotos (REM), sistemas de alerta temprana de sección (PEWS) y dispositivos de alerta temprana sobre el terreno. Deben usarse varios tipos de dispositivos simultáneamente, ya que un solo dispositivo no puede satisfacer todas las necesidades de una unidad que busca la adquisición de blancos.

Observación: Las actividades de observación deben dar a los miembros del pelotón una visión de 360 grados y la seguridad en las tres dimensiones a medida que avanzan. Esta seguridad debe continuar en la parada. Los soldados deben reconocer rápidamente las vistas, olores, sonidos, etc, asociados con el campo de batalla urbano y de entre ellos distinguirán a los objetivos a batir.

Movimiento: El sigilo se debe utilizar cuando nos movamos en zonas urbanas, ya que a menudo hay distancias cortas entre atacantes y defensores. Las señales de manos y brazos deben utilizarse hasta que se haga el contacto con el enemigo. La unidad debe parar periódicamente para observar y escuchar. Las rutas deben ser elegidas cuidadosamente de manera que los edificios y pilas de escombros se puedan usar para ocultar el movimiento de la unidad.

Técnicas de movimiento: Las técnicas son básicamente las mismas que en terreno abierto. Cuando una unidad se está moviendo y el contacto con el enemigo es probable, la unidad debe utilizar una técnica de movimiento con un elemento de vigilancia. Este principio se aplica en las zonas urbanas así como en otro tipo de terreno, excepto que en el terreno urbano, el elemento de vigilancia debe cubrir tanto los pisos superiores de los edificios como a nivel de calle.


Figura 3-61. Selección de un Puesto de Observación (PO en español) (OP, por sus siglas en inglés).

Puestos de observación: Los aspectos militares del terreno urbano deben ser considerados en la selección de los puestos de observación (PO). Los POs se pueden colocar en los pisos superiores de los edificios, dando a los soldados una mejor visión que a pie de calle. Los líderes de equipo deben evitar la selección de posiciones de observación obvias, tales como torres de agua o torres de las iglesias que atraigan la atención del enemigo (Figura 3-61).

Detección

El personal, las armas y los vehículos tienen firmas distintivas. Los soldados deben reconocer las firmas de todos para que puedan adquirir e identificar los blancos. Esto es extremadamente importante en el campo de batalla urbano, donde uno o más sentidos pueden ser degradados. Por ejemplo, los soldados que operan en una zona urbana, donde el humo se usa como elemento de ocultamiento, tendrán su sentido de la vista degradado, ya que no pueden ser capaces de ver a través del humo. Su sentido del olfato y la respiración también se verán afectados. Por ello, algunas consideraciones a tomar en estos casos son:

• Los soldados deben buscar objetivos en áreas donde haya más probabilidades de ser encontrados. Los líderes de pelotón deben colocar los POs donde sean más propensos a detectar los blancos.

• Los olores de combustible diesel, gasolina, cocción de alimentos, humo de tabaco, loción de afeitado, y así sucesivamente, revelan la posición del enemigo y de los aliados.

• El ruído de motores de vehículos y soldados moviéndose a través de las calles cubiertas de escombros se pueden escuchar a grandes distancias. Los vehículos que circulan en las zonas urbanas producen más ruido que los que se desplazan a través de terreno abierto. Los soldados que se mueven entre los escombros en una calle o en los pasillos de un edificio dañado crean más ruido que en una zona boscosa.

• Los sonidos y los olores pueden ayudar en la adquisición de blancos durante la noche, ya que se transmiten mejor en el aire fresco de la noche.

• El polvo y el ruido creados por el disparo de algunas armas como el arma principal del carro de combate se pueden ver y oler.

• Los objetos irregulares o que no forman parte del paisaje urbano siempre destacan

• Los reflejos anormales o destellos originados por prismáticos u otros visores y ópticas se pueden ver a distancia.

• Las voces menudo se pueden escuchar a largas distancias, dado que el sonido se refleja en las estructuras de la zona urbana.

• Las sombras se pueden ver de día o de noche.

Ubicación

En un entorno urbano, la determinación de la ubicación del blanco puede ser difícil. La cobertura y la ocultación proporcionada por edificios y escombros pueden proporcionar al enemigo una ventaja que no es fácil de superar. Una vez detectado el enemigo o hecho contacto con el, los soldados deben visualizar la situación desde el punto de vista del enemigo. Esta visualización ayuda al soldado a determinar dónde es más probable que se encuentre la posición exacta del enemigo. En ese momento, la posición enemiga sospechosa debe ser suprimida, en consonancia con las reglas de enfrentamiento.

Identificación

Ser capaz de identificar los posibles objetivos lo más rápidamente posible después de que se detecten da la ventaja a los soldados durante el combate urbano. Como mínimo, la identificación debe determinar si el objetivo potencial es amigo, enemigo, o bien, un no combatiente. La identificación correcta es la clave para evitar el fratricidio. Los soldados deben conocer y entender las reglas de enfrentamiento. Los soldados deben saber que atacar y que no atacar.

Clasificación

Para determinar un método apropiado para tratar un blanco, el soldado debe determinar el peligro que representa. Se requiere de decisiones rápidas cuando se observen los objetivos y su clasificación se produce casi simultáneamente con la identificación. El conocimiento de la situación es de vital importancia. Los múltiples objetivos deben ser clasificados de más peligrosos a menos peligrosos y atacaremos empezando por los más peligrosos.

Confirmación

Esta rápida verificación de la identificación y clasificación inicial del blanco es el paso final de la adquisición de blanco. La identificación, clasificación, y confirmación se llevan a cabo de forma simultánea.

Defensa contra armas y municiones incendiarias


La munición incendiaria, armas especiales, y la facilidad con la que los dispositivos incendiarios pueden construirse a partir de la gasolina y otros productos inflamables hacen crecer su amenaza durante las operaciones urbanas. Durante las operaciones de defensa, la lucha contra el fuego debe ser una preocupación primordial. Se deben tomar medidas para reducir el riesgo de un incendio que podría marcar la posición elegida como indefendible.

- En la batalla defensiva, los soldados deben construir posiciones que no tengan grandes aberturas. Estas posiciones deben proporcionar tanta cobertura como sea posible para evitar la penetración de la munición incendiaria. Todos los materiales inflamables innecesarios deben ser eliminados, incluyendo cajas de municiones, muebles, alfombras, cortinas, periódicos, y así sucesivamente. La electricidad y el gas que entra en el edificio estarán desconectados.

- Un edificio de bloques de hormigón, con pisos de concreto y techo de zinc, es un lugar ideal para una posición defensiva. Sin embargo, la mayoría de los edificios tienen suelos de madera, vigas de madera y paredes interiores de madera, que requieren mejoras. Las paredes internas deben ser retiradas y reemplazadas con mantas para evitar la combustión. Los sacos de arena deben extenderse 2 pulgadas de profundidad en los pisos y en los áticos para retardar el fuego.

- Todo el equipo de extinción de incendios disponible debe estar posicionado para que pueda ser utilizado durante el combate real. Para el soldado individual, el kit anti incendios debe estar compuesto por la pala de trinchera, varios, cascos, arena o tierra, y mantas. Estos elementos se complementan con los extintores de incendios.

- El fuego es tan destructivo que puede fácilmente eliminar al personal que ocupe el edificio independientemente de las precauciones. Los soldados deben planificar rutas de retirada de modo que se pueda establecer una prioridad de evacuación desde las posiciones de combate. Este procedimiento permite a los soldados salir a través de áreas que están libres de materiales combustibles y proporcionan cobertura al fuego enemigo directo.

- El espacio reducido y las grandes cantidades de material combustible en áreas urbanas pueden influir en la decisión del enemigo de utilizar armas o municiones incendiarias. Dos de las principales consideraciones de primeros auxilios durante un incendio son las quemaduras e inhalación de humo. Estos pueden ocurrir fácilmente en los edificios y dejar al soldado incapacitado para el combate. Aunque hay poca defensa contra la inhalación de monóxido de carbono y la falta de oxígeno, la inhalación de humo se puede reducir con el uso de la máscara de protección individual. Los médicos y sanitarios de combate deben ser conscientes del plan de retirada y deben estar preparados para tratar y evacuar bajas por quemaduras e inhalación de humo.

- Las operaciones ofensivas también requieren planes de lucha contra incendios, ya que el éxito de la misión fácilmente puede verse amenazado por el fuego. El uso mal planificado de la munición incendiaria puede hacer un fuego de tal magnitud que se convierta en un obstáculo para las operaciones ofensivas. El enemigo puede utilizar el fuego para cubrir su retirada y crear obstáculos y barreras para el atacante. Las operaciones con incendios intencionados, en una zona urbana, son difíciles de controlar y pueden socavar el éxito de la misión.

- Al planificar las operaciones ofensivas, el atacante debe tener en cuenta los efectos de todas las armas y municiones. Los objetivos se eligen durante la planificación inicial para evitar la destrucción de las instalaciones críticas dentro del área urbana de forma accidental. Al planificar las operaciones con municiones y armas incendiarias en una zona urbana, se deben establecer prioridades para determinar qué instalaciones críticas (hospitales, centrales eléctricas, estaciones de radio, y monumentos históricos) deberán contar con el apoyo principal de lucha contra incendios.

- Cada soldado que participe en el ataque debe estar preparado para hacer frente a incendios. El equipo de extinción de incendios del que dispone normalmente incluirá la pala de trinchera, casco (para llevar arena o agua en su interior, a modo de cubo), y las mantas (para sofocar incendios pequeños).

Defensa contra armas incendiarias de gran potencia

Las operaciones de combate en Afganistán, Chechenia y Bosnia vieron al incremento en el uso de las armas incendiarias de gran potencia en un entorno urbano. Mientras que estas armas existen desde hace algún tiempo, las fuerzas estadounidenses no han tenido mucha experiencia (después de Vietnam) en el uso y la defensa contra ellas. Debido a que las amenazas futuras pueden utilizar estas armas contra las fuerzas estadounidenses, este párrafo explica qué son las armas incendiarias de gran potencia y cómo defenderse contra ellas.

Armas incendiarias de gran potencia

Estos tipos de armas se basan fundamentalmente en la explosión, la llama y la conmoción para infligir daño, en lugar de proyectiles explosivos lanzados, fragmentación o cargas huecas. Los rusos encontraron que estas armas eran especialmente eficaces en Chechenia porque producían bajas sin fragmentación y metralla. Como los chechenos combatían muy cerca de las unidades rusas para negar el uso de la potencia de fuego a Rusia, los rusos usaron este tipo de armas contra el personal enemigo y sus posiciones para minimizar el fratricidio, debido a los rebotes, metralla, y la fragmentación de las armas convencionales.


Figura 3-62. El RPO-A SHMEL de fabricación rusa, es un arma termobárica disparada desde el hombro. 

Tipos de Armas incendiarias de gran potencia: Hay dos tipos de estas armas, aunque sus efectos son los mismos. Los explosivos aire-combustible (FAE) son la generación más antigua de las armas incendiarias. Los FAE se basan en la distribución de combustible en el aire y encendiéndolo. Las bajas se producen principalmente por la explosión del combustible y su ignición en el aire. Las armas incendiarias de nueva generación se denominan volumétricas o termobáricas. Estas expulsan explosivos por una cabeza nuclear en un gran volumen y utilizan el oxígeno para encenderse como un arma única. Esta técnica proporciona efectos más fiables y controlables que las FAE. La Bomba Termobárica puede causar una tremenda explosión en un espacio confinado, tal como una habitación o edificio pequeño. Cuanto mayor sea el volumen del arma, mayor será el efecto de la explosión. Muchas de estas armas se disparan desde el hombro y son operadas por un solo tirador (Figura 3-62). Algunas armas incendiarias disparadas desde el hombro tienen una carga en tándem, que consisten en una carga hueca, seguida de una munición Termobárica (Figura 3-63). 


Figura 3-63. El RShG-1 de fabricación rusa, es un ejemplo de arma incendiaria con carga en tándem.

Efectos de las armas incendiarias de gran potencia: Estos tipos de armas se caracterizan por la producción de una potente bola de fuego (temperaturas de hasta 1200 grados centígrados), junto con una onda de presión de duración relativamente larga. La bola de fuego, y su tormenta de polvo asociada, dañan la piel y los ojos en un radio más amplio que el del efecto propio de la explosión. El mayor daño físico es causado por el empuje de la onda expansiva. Esta onda expansiva puede colapsar estructuras de ladrillo o cemento. Por lo tanto, las lesiones internas en los órganos vitales y las hemorragias internas son comunes en los efectos producidos por la explosión. Tales armas son particularmente eficaces contra posiciones fortificadas tales como edificios. Los espacios confinados mejoran el efecto de la explosión y, a diferencia de los fragmentos, la explosión y las llamas pueden viajar alrededor de las esquinas y hacia abajo (tales como pasillos o túneles).

Dado que la presión de la explosión cae rápidamente en terreno abierto, se pueden usar distancias mucho más cortas para las tropas de asalto, que pueden estar relativamente cerca (a un radio de 40 metros, dependiendo del tamaño de la munición) cuando muchas de estas armas se emplean contra el enemigo en campo abierto.

Medidas de defensa

El uso de materiales que absorben su energía o bloquean su trayectoria pueden reducir la letalidad de la onda de choque / llama. La mejor protección consiste en aislar el personal de la onda; Sin embargo, este procedimiento no puede ser posible en muchas situaciones tácticas. El equilibrio debe ser alcanzado entre la protección de los soldados y no obstaculizar su capacidad para combatir o para protegerse de otras amenazas. El primer paso es evitar que la munición entre en nuestra estructura defensiva, proporcionando una barrera física. Si eso no es posible, entonces el siguiente paso es reducir al mínimo los daños causados ​​por las armas al debilitar y aislar su efecto. Otra consideración es hacer de los operadores de las armas incendiarias de gran potencia un blanco primordial para nuestros francotiradores o tiradores selectos.

Personal: Las lesiones personales pueden ser minimizadas si los soldados llevan un pasamontañas o prenda similar para protegerse la cara, gafas para proteger los ojos del flash y el polvo y los escombros que vuelan, y guantes de cuero para proteger las manos.

Vehículos blindados: Si los vehículos están buttoned up (escotillas cerradas), el equipo estará protegido contra daños de la onda de choque / llamas; sin embargo, las antenas, componentes externos, y las ópticas sufrirán diversos grados de daño. Las cargas en tándem de las armas incendiarias también suponen una mayor amenaza para los vehículos blindados.

Posiciones de Combate

Las fortificaciones fijas, como búnkeres de hormigón, proporcionan una buena protección contra las armas incendiarias de gran potencia que impacten cerca de la parte exterior de la estructura. Las posiciones de combate improvisadas o preparadas en edificios de paredes débiles son más susceptibles a los efectos de la explosión. Los edificios de mampostería con pisos de concreto deben ser evitados ya que es probable que causen lesiones al personal que se encuentre abajo. Luchando desde los sótanos o por debajo de las posiciones en tierra o desde puntos fuertes preparados en edificios de muros sólidos proporcionan protección adicional. Para reducir los efectos de la explosión dentro de una estructura, las rutas interiores (por ejemplo, las puertas de las habitaciones) no utilizadas dentro de los edificios deben ser selladas para bloquear la ruta de la onda de choque / llama, mientras que las rutas exteriores (por ejemplo, las ventanas exteriores) deben dejarse abiertas, dependiendo de las consideraciones tácticas, permitiendo que la energía de la explosión halle una ruta de salida (como el rebufo de un lanzacohetes). Deja mantas húmedas colgadas sobre las salidas, entradas y ratoneras, para ayudar a debilitar la energía de la explosión.


- Créditos de las fotos (por orden de aparición): 

Opal Vaughn / 173rd Airborne Brigade.

Brian Bekkala / Marine Corps Installations West- Marine Corps Base Camp Pendleton Combat Camera

- Agradecimientos Especiales:

M.A.S.H.A. / sin cuyo apoyo este proyecto no sería posible.

FM 3-06.11 / Aprobado para dominio público y distribución ilimitada, del que se extraen las ilustraciones y se basa el contenido.

No hay comentarios:

Comparte tus pensamientos sobre este artículo