miércoles, 28 de enero de 2015

Tácticas de Combate Nocturno nº5

EL MOVIMIENTO SOBRE VEHÍCULOS

En los vehículos, el conductor es el más afectado. Dependiendo de la óptica de la que está dotado, y en función del nivel de la noche, tendrá una visión más o menos panorámica, siendo de todas formas su distancia de visibilidad reducida y su fatiga grande. Los jefes de vehículo y los tiradores deben estar instruidos como conductores alternos, para en el caso de estar realizando un movimiento en terreno propio, con muy baja o ninguna probabilidad de tener que combatir, puedan relevar al principal cuando su estado de cansancio lo requiera. Al principio y al final de la marcha, en el caso citado anteriormente, cada uno estará en el puesto que le corresponda. 

En caso de vehículos acorazados se tiene, por instinto, tendencia a conducir con las escotillas abiertas, sin utilización de la óptica, al menos en los grados de claridad "luminoso" y "escasamente luminoso". Al conducir con las escotillas abiertas se siente más confianza, se tiene un "contacto" directo con el terreno, se fatiga menos rápidamente al ser la tensión visual menor y la posición del cuerpo normal (espalda apoyada); en contrapartida, en caso de contacto inesperado con el enemigo, es muy vulnerable. Esta forma de conducción no es aconsejable para el cumplimiento de ciertas misiones (acción en fuerza) o bajo amenaza NBQ. Por otra parte, el conductor no es el único que necesita ver en un vehículo; el Jefe del vehículo, por las misiones que tiene que cumplir, también tiene esta necesidad, aunque de forma diferente (a más distancia, menos campo). Por tanto, deberá estar dotado de una óptica de torreta equivalente a la del tirador. 

En general deberán adoptarse medidas para regular el uso de las luces, empezando por determinar la línea de luz. La modalidad de columna cerrada será la normal a utilizar en las marchas nocturnas....

CONDUCCIÓN

Independientemente de toda consideración de visibilidad, el acto material de conducir difiere de la noche al día, aunque sólo sea por razones de discreción (ruido). Aunque el ruido de las cadenas de un vehículo acorazado es inevitable, conviene no añadirle el del motor funcionando a un régimen elevado. Por tanto, el conductor debe adoptar una velocidad más larga para obtener el mínimo régimen del motor (conducción por cuentarrevoluciones). 

El paso de obstáculos en todo terreno es de incumbencia del conductor, que se beneficia de la observación permanente del Jefe de vehículo. Cuando no haya presencia del enemigo, para el caso de un obstáculo dificil, no debe dudar en echar pie a tierra para reconocer el terreno y guiar su vehículo por la vista, si el grado de visibilidad lo permite, y si no, con la ayuda de una linterna. 

Para los vehículos acorazados en particular, existen dos procedimientos para su conducción:

—Escotilla abierta, cabeza fuera, con visión directa o reforzada con binoculares.

—Escotilla cerrada, con periscopios nocturnos o con binoculares a través de los diurnos.

Es, sin duda, el primer método, escotilla abierta, el que da mejores resultados. Especialmente cada vez que la situación táctica lo permita. Proporciona al conductor una conducción muy cómoda para la noche de grado de claridad "luminoso", fácil para la noche de grado "escasamente luminoso" y a veces posible, a costa de una disminución de marcha para la noche de grado "oscuro". 

Pero la conducción con escotilla cerrada es y será más usada cada vez, obligada por las circunstancias del combate (ambiente NBQ. sobre todo). El rendimiento del conductor disminuye entonces notablemente, por el hecho de la fatiga debida a una posición incómoda y la tensión visual originada por el estrecho campo de los periscopios. Por otra parte, el factor psicológico juega un gran papel. La conducción con escotilla cerrada no puede ser mantenida más que durante algunas horas. 

En todos los casos, el habituarse a la noche por una instrucción y un entrenamiento continuo del personal para la conducción de noche es un factor primordial del éxito. La experiencia demuestra que, en efecto, con una instrucción apropiada, un conductor puede fácilmente mejorar un valor equivalente a un nivel de noche su aptitud para la conducción. 

Influenciada por el nivel de visibilidad de la noche, por el terreno (itinerario o terreno variado) y por la forma de conducir, se facilita la progresión en todos los casos por el empleo de ayudas técnicas. 

La decisión del empleo de las ayudas es una atribución del Jefe, que no puede ser dejada a la apreciación del conductor. Dependiendo de la libertad que tenga el Jefe de una columna o despliegue, escoge, en función del nivel de visibilidad, el grado de discreción y de la velocidad impuesta, las ayudas que mejor le convengan. 

Estas son de diferente naturaleza:

a) Dispositivos para mantener la cohesión: 

Representa la ayuda más discreta a la progresión. Adaptados al nivel de visibilidad, nada parece que deba limitar su empleo. Creados para mantener la cohesión de una columna o despliegue y un escalonamiento preestablecido, no acrecientan la velocidad de progresión, pero la hacen más cómoda. 

b) Los faros I.R. (INFRARROJOS) de conducción: 

Son indiscretos, prohíben la visión panorámica y, para los vehículos acorazados en particular, limitan la visibilidad a unas centenas de metros en el campo del periscopio (300 a 500), e imponen al conductor conducir con la escotilla cerrada. La conducción con escotilla abierta en noches de grados de claridad "luminoso" o "escasamente luminoso" es preferible a la conducción con faros IR. 

Las noches de grado de claridad "oscuro" representan el límite a partir del cual los IR. llegan a ser útiles si la situación táctica autoriza su empleo. Una solución mixta consiste en conducir solamente el primer vehículo con IR. y los siguientes con dispositivos de cohesión. 

c) Los faros LV. (LUZ VISIBLE): 

Este modo de iluminación es conocido y no posee señaladas particularidades, si bien es cierto que en todo terreno los faros acentúan los accidentes del suelo. Es evidente que los faros luz visible no deben ser utilizados más que fuera del alcance de fuegos y de observación del enemigo, en razón de su indiscreción total. 

Con la luz de guerra quedan paliados, en parte, estos inconvenientes.

d) La iluminación del campo de batalla: 

Puede ser realizada:

— Por proyectores de luz visible.

—Por artificios iluminantes.

Este procedimiento es evidentemente indiscreto, y la decisión de su empleo escapa generalmente del Jefe de la Unidad afectada. La progresión es sensiblemente parecida a la realizada de día, permitiendo una velocidad normal. Los proyectores deben iluminar paralelamente a la dirección de progresión, a fin de permitir un desplazamiento en la zona de sombra entre los haces. 

e) El intensificador de luz: 

El aparato intensificador de imágenes nos aproxima a las condiciones diurnas y hace la progresión más fácil, pero la conducción no es cómoda y obliga al conductor a observar por medio de una óptica. Los modernos binoculares, de poco peso y volumen, adaptables al casco o sujetos a la cabeza por medio de un atalaje, y los periscopios, que reproducen la imagen en pantalla; facilitan notablemente la conducción. La velocidad de progresión, como se ha dicho anteriormente, es función de numerosos factores variables; por tanto, el cuadro de la página siguiente no tiene más que un valor indicativo. 

ORIENTACIÓN

Sobre itinerario o a lo largo de él

La orientación origina, en estas condiciones, pocos problemas. El itinerario sirve de eje de referencia al que es posible ajustarse.. Un estudio detenido del plano antes de la partida sirve para determinar los cambios de dirección, la distancia que los separa y los kilómetros por recorrer. 

El nivel de visibilidad influye en la velocidad de progresión y hace la marcha más o menos fácil. La señalización de.un itinerario con la ayuda de pequeños indicadores luminosos facilita y acelera la progresión, suprimiendo prácticamente el problema de la orientación. 

Cualquiera que sea el tipo de material empleado, estos indicadores luminosos comportan siempre una fuente luminosa visible a una centena de metros en una sola dirección. Unas cubiertas de color permiten un código de señalización elemental (fig. 1-5)




Estos indicadores se colocan en el terreno de tres en tres, para materializar la dirección a seguir:

—Las dos primeras forman una puerta de entrada, que el conductor debe pasar para tomar la dirección buena.

— La tercera está situada a 25 metros más lejos y a la izquierda (del lado del conductor), y confirma la dirección tomada.

El conductor franquea la puerta y, dejando el indicador aislado a su izquierda, debe pasar lo más cerca posible de ellos. Entre dos grupos de tres indicadores, que pueden estar relativamente espaciados, el conductor sigue el itinerario que está señalizado solamente en los cambios de dirección. Los trayectos difíciles pueden estar indicados con la ayuda de un código preestablecido de colores, de tal manera, que los obstáculos peligrosos a bordear se señalan con la ayuda de un número más importante de indicadores luminosos. 

Cuando se trata del movimiento de una Unidad de entidad Bón., Grupo o GT., formando una Columna de Marcha, la señalización no puede ser realizada más que por un Destacamento constituido a este efecto (que puede ser la Sección de Reconocimiento); en principio, bajo las órdenes de un Oficial, ayudado de Suboficiales destacados de cada Unidad. 

En efecto, los Mandos encargados de la señalización deben ser escogidos, pues los problemas de orientación son a veces difíciles de resolver. Además, el jalonamiento es lento en terreno medio no reconocido de día, incluyendo caminos, pistas y campo a través; siendo del orden de 5 km/h. 

El número de indicadores luminosos necesarios para un itinerario es del orden de 20 por cada kilómetro. En un itinerario para una Unidad de entidad Cía., Bía., Escón. o S/ GT., formando una Columna de marcha, la colocación de indicadores luminosos puede ser realizada por la vanguardia (al mando de un Oficial), y la recogida por la retaguardia. 


PROCEDIMIENTOS TÉCNICOS
 DE ORIENTACIÓN 
A BORDO DE VEHÍCULOS ACORAZADOS. 


El factor común a los diversos procedimientos de orientación descritos, es su carácter aleatorio. El problema de orientación en todo terreno, de noche, no puede encontrar una solución satisfactoria más que con la utilización de ayudas técnicas apropiadas. Los procedimientos más utilizados son los que a continuación se detallan. 

Conducción con navegación terrestre

El navegador es un aparato que permite conocer en todo momento la posición exacta (dada en coordenadas rectangulares, correspondientes al plano que se utilice) del vehículo en que está instalado, así como la dirección del movimiento de éste. A primera vista, un navegador parece un conjunto demasiado complicado; en realidad, se ha conseguido simplificarlo, gracias al avance de la técnica, hasta conseguir modelos portátiles que pueden ser utilizados por las tropas a pie. 

Por otra parte, no es necesario que todos los vehículos lleven instalado un navegador completo, sino únicamente los componentes que, en función del Escalón táctico que se considere, sean necesarios. 

Conducción con radiogoniómetro

El procedimiento se basa en la directividad de las ondas radio-eléctricas. Este comporta la instalación de estaciones fijas, radiofaros, radiogoniómetros y su señalamiento en el plano empleado, lo que no siempre es posible. Está sujeto a las contramedidas electrónicas del adversario, y en muchas ocasiones no será factible por imposición de la configuración del terreno que impide el enlace radio. 

Conducción con radar

Consiste en mantener el enlace, topográfico y radio, entre un radar, que localiza sucesiva y sistemáticamente la posición del vehículo o vehículos a quienes orienta en el mantenimiento correcto de un itinerario dado, y los propios vehículos. 

Exige: 

a) La determinación precisa del punto de asentamiento del radar, así como su orientación, con una precisión suficiente para garantizar la de los datos necesarios para realizar la conducción (orientción y distancia) de las sucesivas detecciones. 

b) Que desde el asentamiento sea visible todo el itinerario, o el empleo de varios radares que, cubriendo varios tramos, completen el itinerario. 

c) Garantizar el enlace radio permanente del radar-vehículo o vehículos, en buenas condiciones. 

d) Disponer de un sistema 1FF. (identificador amigo-enemigo) para el caso en que se produzca un encuentro con fuerzas enemigas de similares características, pues éste es el medio más seguro de poder distinguir entre las fuerzas propias y las adversarias. 

La ocultación al radar enemigo es posible marchando cerca de poblaciones, ferrocarriles y caminos próximos a los bosques o en desenfilada.


COHESIÓN


Por la noche, desde el grado de claridad "escasamente luminoso", la visión reciproca entre los elementos de una Unidad no es posible. 

En estas condiciones, para romper la sensación de aislamiento y para evitar multiplicar los errores de orientación y de conducción (choques, frenadas bruscas, etc.) es indispensable equipar a las PU,s. en desplazamientos a bordo de vehículos con dispositivos para mantener la cohesión. 

Estos dispositivos deben responder a las condiciones siguientes: 

—Ser invisibles para un observador colocado delante del dispositivo o encima de éste (avión). 

—Ser visibles para un observador colocado detrás o a los lados, dependiendo de la posición relativa del vehículo a una pequeña distancia. 

Por ello, la intensidad luminosa debe poder ser adaptada al nivel de noche y regulable en función de la distancia a mantener entre vehículos (de 25 a 75 m). 

—Poder ser puesto en marcha desde el interior del vehículo. 

—Representar una gama de signos de identificación. 

No existe en el momento actual ningún dispositivo reglamentario satisfactorio. Los principales procedimientos utilizables se indican a. continuación. 

Luces de guerra

Existiendo sobre los vehículos en serie, estos dispositivos aseguran una excelente visibilidad, pero presentan unos inconvenientes que prohiben su empleo táctico: 

—Indiscreción muy grande: visibles por delante del vehículo hasta 800 ó 1.000 m. 

—Ninguna visibilidad lateral. 

—Ningún reglaje posible según el nivel de la noche. 

—Ninguna posibilidad de identificación. 

Letras, números y signos pintados sobre el vehículo. 

Este procedimiento, utilizado durante mucho tiempo, permite asegurar a la vez cohesión e identificación, tanto de día como de noche. En función del emplazamiento de las letras, números y signos iluminados a través de una rendija luminosa, ofrece una buena visibilidad por detrás y por los lados. 

Sin embargo, este sistema presenta unos inconvenientes: 

—Indiscreción por indicar la U. de pertenencia y visibilidad a distancia, dependiendo de su color respecto a la pintura de camuflaje del vehículo. 

—Dificultad de tener, con débil iluminación, una buena visión de las letras, números o signos; de ahí la alternativa, en caso de no posibilitar el reglaje de la intensidad luminosa, entre la supresión de la identificación y la vulnerabilidad a gran distancia. 

Pastillas fosforescentes o dispositivos autoluminosos

Presentan la ventaja de poder ser colocados rápidamente, según la necesidad, y ser independientes del suministro eléctrico del vehículo. Estos dispositivos se presentan como unas soluciones de ocasión, cuyo principal inconveniente es su intensidad no regulable. En el mismo orden de ideas, se puede igualmente colocar luces ce situación con pantalla roja. 

Caja luminosa

Se trata de un estuche fijado en la trasera del vehículo o sobre la torre de un carro. Lleva una fuente luminosa que, por transparencia o reflexión, ilumina letras., números o signos para su reconocimiento de formato deseable (20 X 30 cm). En todos los casos es necesario disponer de una alimentación regulable, obtenida con un reóstato montado sobre el circuito de alimentación. 

Si este procedimiento presenta las ventajas de ofrecer una visibilidad trasera y lateral buena, y nula delante y encima; el material es frágil y entorpecedor. Por otro lado, la lectura de las letras, números o signos no es posible más que con fuerte intensidad luminosa, lo que tiene por consecuencia hacer visible el aparato a gran distancia (varios centenares de metros).

Dispositivo luminoso permanente


El dispositivo de cohesión que puede dar entera satisfacción es un dispositivo permanente que consiste en dos luces de luminosisdad variable, fijadas de modo estable sobre los costados y trasera, a derecha e izquierda del carro o vehículo, en las proximidades de las luces de situación, combinadas con éstas y visibles lateralmente bajo un ángulo de 30° en sus proximidades y desde la parte posterior. 

La intensidad luminosa debe ser regulable desde el interior del vehículo, gracias a un reóstato que permita adaptar esta intensidad al nivel de la noche y a la distancia e intervalos impuesta por la situación táctica (fig. 1-6). 

La identificación de los vehículos puede obtenerse adaptando un cristal protector de luces de color distinto por Unidad. La línea de los dos focos define un trazo horizontal que facilita la conducción en todo terreno. Cada conductor, viendo en el vehículo que le precede los desplazamientos u oscilaciones de ese trazo, puede prever accidentes del terreno que le será preciso franquear. 


*NOTA IMPORTANTE: 

Es conveniente tomar precauciones particulares en una columna compuesta de vehículos ligeros y vehículos acorazados provistos de dispositivos de cohesión. Si los vehículos acorazados progresan guiándose únicamente por las luces de cohesión del que les antecede, se corre el riesgo de aplastar los vehículos ligeros intercalados en la columna. 

Es por lo que sería conveniente que todos los vehículos de combate fueran provistos de dispositivos de cohexión. Es recomendable, siempre que la situación táctica lo permita, constituir elementos de marcha homogénea, vehículos acorazados o ligeros, y mantener distancias suficientes entre estos elementos para evitar el peligro de colisión. 


No hay comentarios:

Comparte tus pensamientos sobre este artículo